lunes, 25 de febrero de 2013

Damián del Castillo




 ¿Quién dijo crisis en la lírica para los cantantes emergentes? La agenda del barítono Damián del Castillo comienza a llenarse de compromisos como resultado de una preparación exquisita y de la satisfacción que ha suscitado el trabajo bien hecho en sus últimas apariciones en la escena nacional e internacional. Tras enfrentarse con el difícil ciclo Winterreise vuelve a la ópera interpretando Silvano de Un ballo in maschera en Las Palmas y más tarde debuta Germont de La Traviata en el mítico Sao Carlos de Lisboa.

 
JALEA: Tienes una preparación muy extensa en varias escuelas, entre ellas la Reina Sofía de Madrid. ¿Cuándo termina un cantante de prepararse y puede considerarse preparado para el mundo profesional? 
Damián: Soy de la opinión que un cantante permanece a lo largo de su carrera en constante formación. El canto, como cualquier otro instrumento, es una disciplina exigente que no permite relajarte y como un deportista, te obliga a estar siempre en forma. Una buena formación musical y técnica desde la base, teniendo como punto clave la guía de un buen profesor, es lo que a mi juicio determina si un cantante está listo para el mundo profesional. La confianza en un profesor debe ser máxima y tanto su opinión como las propias sensaciones personales, marcarán el camino de la carrera profesional.

JALEA: Eres natural de Úbeda y tuviste en tu comunidad varias oportunidades al comienzo de tu carrera, por ejemplo gracias a un concurso...
Damián: Aunque en Úbeda comenzara mis estudios musicales (tocaba la trompeta), mi formación vocal se desarrolló en Málaga, ciudad a la que considero mi "segunda patria", pues allí conocí el mundo de la ópera formando parte del coro y realicé los estudios superiores de canto con la profesora Alicia Molina, que me ayudó mucho en mi formación vocal. Tras mi paso por la Escuela Reina Sofía, tocaba el más difícil todavía, esto es, intentar introducirme en el mundo profesional y los concursos -que he de reconocer que no me agradan demasiado- pueden ser una buena oportunidad para los que empezamos.
Así llegó el Certamen de Canto "Nuevas voces" de Sevilla, en el que resulté ganador. Dos hechos significativos en mi formación que precedieron al éxito en este concurso fueron, por un lado, conocer y trabajar con mi profesor actual Carlos Chausson y estudiar a fondo el repertorio en lo que  me has servido de gran ayuda.
Por ello, considero Andalucía como el epicentro de mi vida personal y artística, pues en Úbeda, aparte de ser mi ciudad natal, en la que tengo a toda mi gente querida, cuento con la suerte de participar en muchas ocasiones en su prestigioso y consolidado Festival de Música; Málaga, por ser la ciudad que me acogió para mi formación vocal; y Sevilla, por ser el punto de inflexión del inicio de mi carrera profesional.

JALEA: ¿Y qué supuso este certamen? Este concurso te abrió por ejemplo las puertas del Teatro de la Maestranza de Sevilla…
Damián: Existen muchos concursos de canto cuyo aliciente es solamente el factor económico (que siempre viene bien, por qué negarlo) y ahí queda la cosa. Considero mucho más interesantes para los cantantes que empezamos, propuestas como las que hace la Asociación de Amigos de la Ópera de Sevilla, que han logrado comprometer al Teatro de la Maestranza para dar una oportunidad a los ganadores del concurso. 
De esta forma se me abrió la puerta de este gran Teatro y, efectivamente, ya he tenido la enorme suerte de pisar sus tablas en dos ocasiones: la primera con The telephone, de Menotti, que fue una experiencia magnífica; y la segunda, en la ópera Cristóbal Colón, de Carnicer que, aunque fue en versión de concierto, pude también disfrutar al máximo en compañía de grandes cantantes. Como no hay dos sin tres, el Teatro recientemente me ha brindado otra oportunidad y estaré el próximo junio en la producción de Rigoletto, compartiendo escenario nada menos que con Leo Nucci o Celso Albelo, entre otros.

JALEA: Pero, ¿se está haciendo bastante por las voces jóvenes?
Damián: Considero que es la hora de apostar por las voces jóvenes y dar más oportunidades. La crisis está haciendo verdaderos estragos en muchos teatros que se ven obligados a recortar su presupuesto considerablemente y este hecho, aunque dramático, puede beneficiar de alguna manera a los jóvenes que empezamos, pues lejos los teatros de poder hacer frente a los elevados cachets de artistas de primera fila, es buen momento para tirar de cantera y descubrir talentos que hasta ahora no han tenido su oportunidad.  

JALEA: A principio de temporada te vimos como pez en el agua en la producción de El Juramento de Gaztambide en el Teatro de la Zarzuela. ¿Cómo viviste tu debut en este teatro?
Damián: Guardaré un recuerdo imborrable de esta producción de El Juramento. Ya no sólo por el hecho de debutar en el Teatro de la Zarzuela -que ha sido uno de los momentos más increíbles que he vivido como artista-,  sino por la calidad humana que encontré en torno a la producción, con compañeros excelentes con los que compartí verdadera amistad en los dos meses de trabajo. 
El personaje que me tocó defender, Peralta, me fue cautivando poco a poco y con la ayuda de Emilio Sagi, lo hice mío y lo disfruté como un niño chico. Me sentí muy cómodo tanto a nivel vocal como escénico y de las ocho funciones que tuve la suerte de hacer, guardo un recuerdo global muy positivo, en el que, lógicamente, el día del debut la emoción estaba a flor de piel al ver un sueño hecho realidad. Me quedo con el cariño y la alegría mostrado por familia y amigos al verme sobre esas tablas.

JALEA: Este mes de enero presentabas en Madrid el ciclo Winterreise de Schubert; no es muy habitual que un cantante español concentre sus esfuerzos en los Lieder alemanes, ¿de dónde vino el estímulo? ¿Por qué este proyecto?
Damián: El campo del Lied era un terreno poco explorado por mí hasta que conocí a David Aijón, que es un pianista apasionado por el mundo liederístico. La verdad es que siempre me han catalogado como barítono versátil que se adapta bien a los distintos géneros y aunque bien es cierto que me centro más en el terreno operístico, para mí ha sido todo un descubrimiento adentrarme en este complicado territorio y más siendo español. Fue David quien me insistió en trabajar con mucha tranquilidad y sin ninguna presión Die Schöne Müllerin hace un par de años. 
A medida que el ciclo se iba montando y cogía forma, me fui entusiasmado con este género y aunque en un principio me mostraba algo reacio, fui poco a poco encontrándome cada vez más cómodo, hasta que nos vimos ambos con el ciclo montado. Decidimos darle salida y ofrecerlo en algunos festivales, y a lo tonto, lo hemos interpretado ya hasta en siete ocasiones con bastante éxito. Fuimos luego preparando poco a poco el Winterreise y lo presentamos en una bonita sala madrileña, gracias a la oportunidad que nos brindó Aeterna Música, resultando todo un éxito.

JALEA: Es un ciclo muy profundo, reflexivo, con un carácter desolado, ¿cómo lo planteaste tanto vocal como dramáticamente?
Damián: La verdad es que hay un antes y un después tras cantar Winterreise. Tiene tal carga emocional que tras cantarlo, te deja tan tocado... que sólo una cerveza te puede sacar de ese estado tan angustiado y devolverte a la realidad [Risas] El texto juega un papel fundamental en este ciclo y creo que ha sido más el trabajo en este aspecto que el musical, que también tiene lo suyo... Aunque no hablo alemán, he tenido que hacer un gran estudio fonético y saber perfectamente lo que digo en todo momento para poder expresar la enorme emoción que contiene el ciclo.

JALEA: Lo interpretasteis con un fortepiano, ¿qué novedades aporta esta sonoridad?
Damián: A David Aijón se le puede considerar un "friki"(en el buen sentido) del mundo de los fortepianos y es un verdadero placer y una ocasión inmejorable el poder aprovechar la oportunidad de interpretar estos ciclos con las mismas sonoridades de aquella época. El fortepiano (o "cacharrillo", como lo llamamos nosotros cariñosamente) con el que trabajamos es un Paul McNulty construido en Praga en 2008 según un modelo de Conrad Graf de 1819. El hecho de llevar este fortepiano a nuestros conciertos aporta más autenticidad y crea más atractivo hacia el público, pues no siempre tiene la oportunidad de escuchar esta sonoridad.

JALEA: ¿Habrá más proyectos futuros en el ámbito del Lied?
Damián: Después de haberme metido en esta aventura liederística he de reconocer que me ha atrapado y espero seguir dándole continuidad en la medida de lo posible. No en vano, estamos estudiando la posibilidad de montar Dichterliebe  de Schumann y en marzo interpretaremos Die Schöne Müllerin en la Fundación Juan March.

JALEA: Uno de tus próximos proyectos te llevará a Lisboa. Tus primeros pasos en esta ciudad fueron cantando la Misa Solemne de Rossini y parece que se ha establecido un vínculo especial con su público…
Damián: Pues sí, la verdad es que estoy muy contento por esta nueva oportunidad que se me presenta en tierras portuguesas. El pasado año tuve la suerte de participar en el Festival Terras sem sombra cantando la Pequeña Misa Solemne de Rossini junto a María Bayo y María José Montiel, entre otros, y el destino me trae de nuevo por estos lares tras hacer una audición en el Teatro Sao Carlos de Lisboa para el rol de Giorgio Germont de La Traviata.

JALEA: Cantar Verdi, y sobre todo La Traviata en un templo como el Sao Carlos que ha vivido veladas históricas supongo que intimida un poco…
Damián: Ciertamente intimida. Sólo por el hecho histórico de aquella grabación de Callas y Kraus en la misma ópera, el nivel de responsabilidad aumenta enormemente. Pero bien es cierto que si el teatro ha decidido contratarme tras escuchar mi audición, me llena de tranquilidad la confianza que han depositado en mí y me motiva una barbaridad la oportunidad. Se puede decir que será éste mi debut operístico en un gran rol y en un gran teatro. Estoy muy ilusionado y espero dar lo mejor de mí.

JALEA: ¿En qué género te encuentras más cómodo? ¿Qué encargo estás deseando que se presente sobre la mesa?
Damián: Me encuentro cómodo en casi todos los géneros, aunque bien es cierto que me centro más en la ópera y es ahí donde quizás pueda desarrollar mi instrumento al máximo. El oratorio, la canción y la zarzuela, siempre las tengo a mano en mi repertorio. Si tuviera que elegir un rol para cantar en el futuro diría Rigoletto, que aunque es mi preferido, sé que aún me quedan algunos años para abordarlo. En un futuro más inmediato, me hará mucha ilusión interpretar Germont de Traviata y siempre he querido cantar Un Réquiem alemán de Brahms.

JALEA: Hay una pregunta muy manida que pensé que nunca haría pero que podría tomar visos de realidad, ¿se puede vivir del canto? ¿Cómo hay que plantear una carrera lírica hoy en día?
Damián: Pienso que sí se puede vivir del canto, aunque esto dependerá de muchos condicionantes, tales como una buena formación vocal, elección adecuada de repertorio, estar respaldado por una agencia competente que vele por tus intereses y no sólo por los suyos, etc. Pero sobre todo creo que hay que ser muy persistente en la disciplina de trabajo y confiar en uno mismo, incluso cuando ves el panorama oscuro, pues si se cierra una puerta, otra seguro que se abrirá. También es manido aquello que dicen de que esta carrera es de fondo y es absolutamente cierto. Yo estoy empezando y no sé si mi carrera será larga, corta, buena o mala; de lo que sí estoy completamente seguro es que estoy luchando por trabajar en lo que más me apasiona, que es cantar.